David F. Sandberg dirige esta
adaptación del cortometraje "Lights out" que él mismo
dirigió. Cuenta la historia de Rebecca, una chica que se fue de casa
pensando que había dejado atrás sus miedos de la niñez. A medida
que iba creciendo, nunca estaba del todo segura de lo que era real o
no cuando se apagaban las luces. Ahora su hermano pequeño, Martin,
pasa por los mismos hechos inexplicables y aterradores que sufrió la
joven y que la pusieron a prueba de su cordura y amenazaron su
seguridad. Un ente aterrador, que tiene fijación por la madre,
Sophie, ha resurgido. Un aspecto clásico de los filmes de terror es
el miedo a la oscuridad propio de los niños. La sensación de
caminar sin luz ni ver lo que hay a tu alrededor puede seguir
inquietando en la edad adulta. Esta sensación la refleja esta
película efectiva, que utiliza recursos convencionales del género.
Cuenta una historia con figura materna que puede recordar a la mejor
lograda "Mama", protagonizada por Jessica Chastain, y tiene
un suspense sobrenatural que intenta crear tensión. El resultado es
bastante irregular, ya que aunque cuenta con dos secuencias potentes,
el director alarga la trama y cuenta todo el conflicto sin dejar
resquicios para la duda que podían haber dejado la sensación de
inquietud al espectador. Si bien los actores cumplen con su cometido,
contando con Teresa Palmer y Maria Bello (una buena actriz que merece
estar en mejores proyectos que este), la película podía haber sido
mejor, aunque puede entretener y contentar a los más amantes del
género. En los últimos meses se han estrenado excelentes filmes de
terror como "The babadok", "It follows" y "La
bruja" pero no podemos incluir en el grupo a esta propuesta.
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