Otro filme europeo que se puede encontrar en algunas salas es el debut en el largometraje de Mark Noonan. Will recibe la libertad condicional por la muerte de un familiar para cuidar a su sobrina Stacey, huérfana tras fallecer su madre. Mientras se dirigen hacia el centro de Irlanda e intentan ser una familia, se encuentran con una serie de obstáculos. Stacey es rechazada en la escuela local debido a que sufre narcolepsia, una condición que desarrolló hace poco. Will desobedece varias veces las obligaciones de la libertad condicional en sus intentos desastrosos de ser una figura paterna responsable. Ambos corren un gran riesgo: que a Will le retiren la oportunidad de salir definitivamente de la cárcel y que Stacey tenga que ir a una casa de acogida. Este es un drama familiar modesto, sutil y agridulce que consigue emocionar, si bien hay hechos que no quedan bien resueltos en la narración. Tiene una evocadora puesta en escena de lugares no muy amables y una relación principal interesante a cargo de las naturales actuaciones de Aidan Gillen y Lauren Kinsella. Este filme de 2015 se presentó en la sección Generation del festival de Berlín.
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