martes, 23 de enero de 2018

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La lucha activista de Act-Up París

Ha llegado a las pantallas de cine una de las películas más esperadas por los cinéfilos, dirigida por Robin Campillo, responsable de la "Chicos del Este", que trataba temas como la inmigración, la homosexualidad y la prostitución. En su último film, que se inspira en la juventud del director como activista, también hay personajes gays; en el París de principios de los años 90, un grupo de jóvenes activistas intenta generar conciencia sobre el SIDA. Un nuevo miembro del grupo, Nathan, se queda sorprendido ante la radicalidad y energía de Sean, que gasta su último aliento en la lucha. Este es un apasionante drama que transcurre de las reuniones de los miembros de la asociación Act up París en un contexto en que se sabía poco de la enfermedad del SIDA y tomaban decisiones acertadas y erróneas, a la relación personal entre Sean, un chico valiente que padece el SIDA y Nathan, que no tiene el virus y le da temor contraerlo. La película transmite la energía de unos jóvenes que intentan afrontar la muerte de compañeros suyos y la pasión de estos personajes está en consonancia con un montaje ágil pese a que el film dura más de dos horas. Tal es así que hasta en las escenas de baile en la discoteca se pueden apreciar las partículas que deja el aire. También es un logro que la relación amorosa que se forma entre la pareja de chicos protagonista no sea excesivamente sentimental, aunque tampoco duda en mostrar escenas íntimas de cama, acorde con el tratamiento del film. Hay una frase que dice el personaje de Sean que es importante en un momento dado  y que explica mucho sobre  su relación con Nathan: "siento haberme cruzado en tu camino" . Estos dos personajes que se complementan bien están interpretados con fuerza en el caso del estupendo Nahuel Pérez-Biscayart, que dignifica a Sean (visto en "Todos están muertos") y Arnaud Valois como el más calmado Nathan. Forma parte del grupo de activistas Adèle Haenel ("Les combattants", "La chica desconocida") en un papel poco desarrollado más allá de que se dedica a la Asociación. Y es que lo que  importa de los personajes es su dedicación a Act up y, acorde con esto, a la pregunta de a qué se dedica, Sean responde que es seropositivo. Tal vez en algún momento el film reincide un poco de más en la dinámica de la Asociación aunque aporta un contexto de la época pero hacia el final el vínculo formado entre los dos chicos llega a emocionar al espectador. El film obtuvo un merecido gran premio del jurado en el festival de Cannes presidido por P. Almodóvar (fue uno de los más interesantes de la sección oficial), recibió dos premios a mejor montaje y música en los premios del cine europeo (también fue nominado a mejor película, director y actor para Pérez-Biscayart), ha ganado el premio a mejor película de habla no inglesa por los críticos de Los Angeles y Nueva York, ha sido nominada también en esta categoría a los Satellite, Critics choice e Independent Spirit awards pero no entró en las nueve preseleccionadas a los Oscar. Espero que sea reconocida en las nominaciones a los premios César ya que estamos ante una de las películas francesas más importantes del año.

Valoración: 8
Lo mejor: el ímpetu y fuerza en la realización y la interpretación del protagonista Pérez-Biscayart.

Lo peor: tal vez hay alguna escena de más en las asambleas. 


El final de la película indica que a pesar de la muerte de un ser querido hay que seguir adelante en la lucha por vivir y con el corazón latiendo.



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