Este es un estreno estadounidense dirigido por el desconocido para el gran público Adam Robitel, que dirigió el film de terror de metraje encontrado "The taking of Deborah Logan". El director sigue en la línea de este género y se hace cargo de la cuarta entrega de la saga "Insidious", que sobre todo tuvo éxito en sus dos primeras entregas. En este caso, la parapsicóloga Elise Rainier afronta su caso sobrenatural más terrorífico, en su propia casa, se pone en contacto con los muertos y lucha contra los espíritus malignos. Esta entrega es un poco mejor de lo que un servidor pensaba, ya que está rodada con elegancia y tiene una acertada trama del pasado de la protagonista (Lin Shaye) en flashbacks que funciona. A diferencia de la anterior entrega, esta sí da sentido a la saga y puede conectar con la primera. Entre el reparto de actores más bien desconocidos está el español Javier Botet, habitual en este género ("REC"). Así pues, esta es una aceptable propuesta de terror sobrenatural, un poco superior a la tercera entrega.
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