viernes, 10 de agosto de 2018

Happy end * * * *


Después de la multipremiada "Amor", el reputado Michael Haneke ha dirigido esta coproducción francesa que gira en torno a las relaciones entre los miembros de una familia burguesa que posee una empresa en Calais, al lado de los campamentos donde viven miles de refugiados. El último largometraje del cineasta es un drama que se acerca a la comedia negra, con apuntes de crueldad e ironía ya desde el mismo título. Por medio de su estilo formal característico con largas tomas y estallidos repentinos de violencia, Haneke realiza una especie de compendio de temas que ha tratado en su magnífica filmografía como la violación de la intimidad, la violencia doméstica o las clases sociales, así como el retrato de una familia al borde del colapso y la hipocresía, desde un enfoque más relajado pero no por ello menos contundente y austero. Como en su anterior film, el director vuelve a contar con un notable Jean-Louis Trintignant e Isabelle Huppert como padre e hija (ambos actores fueron nominados en los premios del cine europeo), a los que hay sumar Mathieu Kassovitz, Toby Jones, un destacado Frank Rogowski ("En tránsito") y la niña Fantine Harduin ("La bruma"). Presentada en la sección oficial del festival de Cannes del año pasado y en la sección Perlas en el Zinemaldia donostiarra "Happy end" si se compara con grandes títulos de Haneke como "La pianista" o "Caché (Escondido)" puede resultar un film menor pero no ha perdido el sello de calidad de su estilo y puede gustar a los seguidores del realizador.


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