viernes, 7 de diciembre de 2018

Tres caras * * * *

Jafar Panahi recurrió a una sentencia que lo condenaba a seis años de cárcel y veinte de inhabilitación, de ahí que realizara desde entonces films sin poder salir de su país como “Esto no es una pelícucla”, “Closed curtain”, “Taxi Teherán” y el que nos ocupa; afortunadamente vemos que el cineasta se las arregla para poder salir al exterior. Una famosa actriz iraní recibe el video inquietante de una joven pidiendo su ayuda para escapar de su familia conservadora. Entonces pide a su amigo, el director de cine Jafar Panahi, que le ayude a entender si se trata de una manipulación. Juntos, emprenden camino hacia la aldea de la chica en las remotas montañas del Noroeste, donde las tradiciones ancestrales continúan rigiendo la vida local. Esta es una película de apariencia sencilla pero compleja, que empieza con un posible suicidio de una actriz gravado por un teléfono móvil, pasa a ser una road-movie en que se retrata una sociedad patriarcal y machista y también se acerca al documental. Con un estilo deudor de Abbas Kiarostami (“El viento nos llevará”), Panahi ha realizado un drama profundo y empático en que demuestra su capacidad de observación y lanza un mensaje feminista en contra de la opresión de las mujeres de su país. Y es que los personajes femeninos del film, a los que hay que añadir una actriz madura, aunque sean tipos de mujer diferentes padecen la misma situación. El film obtuvo el premio a mejor guion en el festival de Cannes de este año y gustará a los interesados en el cine de su director. 

 

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