La ley del silencio
Se ha estrenado en salas españolas este título coescrito y dirigido por Emmanuel Parvu después de “Mikado”. En la idílica región del Delta del Danubio, el joven Adi se prepara para un verano tranquilo con sus padres en su pequeño pueblo tras estudiar en la ciudad. No obstante, la agresión homófoba que sufre una noche será el desencadenante de una historia sobre el autodescubrimiento de la identidad sexual y el choque directo con los valores tradicionales de su propia familia y entorno.
La notable película rumana es un áspero drama que hace un alegato en contra de la homofobia que existe en el país. Da que pensar al espectador que desgraciadamente hay zonas en el mundo donde las personas homosexuales no tienen derecho a vivir su vida libremente pero no hace falta ir lejos porque en los países occidentales todavía se notan ciertos prejuicios en contra del colectivo LGTBIQ+. Pensaba que esta cinta iba a centrarse sobre todo en el chico gay pero muestra el papel de los padres, del sacerdote y de la policía ante una persona a la que ven enferma y que forman parte de una comunidad conservadora, intransigente e incluso fanática. Además, el largometraje de Parvu tiene en común con otro reciente título rumano “R.M.N.” el miedo y el rechazo al foráneo o al extranjero. El director transmite tensión en algunas escenas y la sensación de impotencia al espectador en la situación en la que se encuentra el joven frente a la incomprensión de su familia.
Como es habitual en el cine rumano que se estrena en España, observamos el rigor en el aspecto formal de la realización con planos fijos y largos mientras los actores se mueven en las escenas. Creo que están mejor desarrollados los personajes de los de los padres de Adi, bien interpretados por Bogdan Dumitrache (“Pororoca”) y Laura Vasiliu (“4 meses, 3 semanas y 2 días). Ciprian Chiujdea encarna al joven Adi y el reparto incluye a Valeriu Andriuta (“Donbass”) y Adrian Titieni (visto en “Los exámenes”).
El film se presentó el año pasado en la sección oficial del festival de Cannes, estuvo en la sección oficial de la Seminci de Valladolid y fue nominado al European University Film en los premios del cine europeo. Quizás el cine de E. Parvu no llega al nivel del de directores rumanos como Cristi Puiu o Cristian Mungiu pero vale la pena verlo.
Valoración: 7’5
Lo mejor: la denuncia que expone y la precisa realización.
Lo peor: el personaje de Adi merecía más desarrollo.
Aunque la trabajadora de Servicios Sociales se persona en el pueblo alertada por una llamada (quizás de la amiga de Adi), la policía tapa el asunto de la homosexualidad del chico con la colaboración de los padres y el propio Adi como la causa de la agresión que sufrió en la calle dejando que impere el silencio. Al menos, finalmente Adi se marcha de la zona a vivir fuera y la bonita canción que cierra la película “Fata din Tramvai” deja con esperanza el futuro del chaval lejos de un entorno intolerante.

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