Después de “Popular” Gia Coppola dirigió este largometraje estrenado en salas. Una experimentada bailarina debe planificar su futuro cuando su espectáculo cierra abruptamente tras una carrera de treinta años. Como bailarina de cincuenta años, se debate por saber qué hacer a continuación. Como madre, se esfuerza por reparar una tensa relación con su hija, que a menudo pasaba a un segundo plano en su vida. Esta modesta película estadounidense de cine independiente es un drama sobre la reinvención, el duelo por el pasado y la búsqueda de una nueva identidad que describe un mundo decadente en Las Vegas sin exageraciones, tiene un tono cercano al documental aunque la subtrama de la relación entre madre e hija quizás es menos interesante. Al guion le falta más intensidad dramática, la fotografía utiliza colores apagados y destaca el trabajo del reparto encabezado por Pamela Anderson que con este papel demuestra que puede ser una buena actriz, acompañada de Kiernan Shipka (“Sangrientos dieciséis”), Jamie Lee Curtis, Dave Bautista y Jason Schwartzman. El film obtuvo el premio especial del jurado al reparto en el festival de San Sebastián del año pasado y estuvo en la pasada temporada de premios: fue nominado al premio Gotham a mejor interpretación protagonista, fue nominada al Critic choice a mejor canción para “Beautiful that way” de Miley Cyrus, fue nominada al Globo de oro a mejor actriz principal y canción, al BAFTA a mejor actriz secundaria para Lee Curtis y al Sindicato de Actores a mejor actriz y actriz secundaria.
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