Marcel Barrena, director de la
premiada tv-movie "Quatre estacions" y del documental
ganador del premio Gaudí y nominado al Goya "Món petit",
regresa como en su anterior filme a una historia meritoria sobre un
discapacitado, en una película de ficción basada en un personaje
real. Ramón, padre de familia, vive para el trabajo hasta que su
cuerpo empieza a fallar. Diagnosticado de esclerosis múltiple, los
pronósticos indican que en un año no será capaz de caminar ni 100
metros. Ramón decide plantarle cara a la vida participando en la
prueba deportiva más dura. Con la ayuda de su mujer y el gruñón de
su suegro, Ramón comienza un singular entrenamiento en el que
luchará contra sus limitaciones. Este es un drama con toques de
comedia que bebe del cine estadounidense de superación, con un
tratamiento del tema diferente al de "La bailarina", que se
ha estrenado esta semana. Sin duda es de aplaudir la historia de
superación de un discapacitado, tal vez el filme tiene buenas
intenciones y quiere llegar a un público amplio pero es manipuladora
con el fin de emocionar. Todo suena a ya oído antes, la sutilidad
carece por su ausencia y no aporta nada nuevo o creativo como en el
caso de "La escafandra y la mariposa". Sin embargo, la
película está realizada con cierto cuidado en el montaje y tiene
buenas interpretaciones. Está protagonizada por Dani Rovira, (un
tipo que no me causa mucha simpatía, aunque como cómico y
presentador de la gala de los premios Goya funciona), que ha
declarado ser una de las personas más famosas de España (creo que
no es para tanto, los más famosos son otro tipo de personalidades
como el rey Felipe o Isabel Pantoja que todos conocemos). El actor
tiene un papel agraciado y tras la innecesaria "El futuro no es
lo que era", que muy pocos han visto pese al tirón en taquilla
del actor, en "100 metros" no demuestra ser un gran actor
dramático, aunque tal vez no lo pretendía. Sí me convencen más
Alexandra Jiménez (actriz poco reconocida) como la esposa de Ramón
en la ficción y Karra Elejalde como el suegro de él. No es
casualidad que Rovira y Elejalde vuelvan a trabajar juntos en una
película, ya que la intención es que sean un reclamo para los
seguidores de "Ocho apellidos". En definitiva, la película
puede ser que sea bien recibida por el público en general pero se
nota demasiado que está hecha para gustar y el guión parece
prefabricado. Sólo espero que Dani Rovira no sea nominado al Goya
como mejor actor.
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