Uno de los
estrenos españoles del pasado fin de semana es este filme dirigido
por Leire Apellaniz. Cada noche de verano, en algunos pueblos
pequeños alejados de las capitales, habitantes y veraneantes van a
las plazas para asistir a una proyección de cine al aire libre en
35mm. Para que esto sea posible, hay personas, como Miguel Ángel,
que trabajan sin descanso en jornadas que pueden ser las últimas, ya
que el formato fotoquímico tradicional está desapareciendo a favor
del cine digital. En las ciudades se han adaptado las salas de cine
del formato analógico al digital, aparte de que muchos cines han
desaparecido. Leire Apellaniz, proyeccionista y productora, debuta en
el largometraje con este interesante documental que describe una
época pasada que no volverá. Tiene un ritmo pausado y resulta ser
un film triste pero necesario que puede gustar a los seguidores de
documentales sobre cine y a los que amamos el séptimo arte. Este es
un film que pasará desapercibido para muchos pero que va más allá
de su valor como documental.
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