lunes, 21 de noviembre de 2016

Yo, Daniel Blake * * * *

El combativo Kemn Loach parecía que iba a retirarse tras la un poco descafeinada "Jimmy's hall" pero decidió contar esta historia sobre el hombre del título.  Por primera vez, víctima de problemas del corazón, el carpintero inglés de 59 años debe acudir a las ayudas sociales. Sin embatrgo, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo si no quiere ser sancionado. En la oficina de empleo se cruza con Rachel, una madre soltera de dos niños que tuvo que aceptar un alojamiento a 450 km de su ciudad para evitar que la envíen a un hogar de acogida. Atrapados en las redes administrativas actuales de Gran Bretaña, Daniel y Rachel intentan ayudarse mútuamente. El director ya ha tratado en su filmografía temas como el desempleo o la burocracia de los servicios sociales pero en estos tiempos convulsos que vivimos es pertinente su discurso, aunque en este filme sea muy evidente y explícito. La película es por momentos melodramática, transparente, didáctica, logra la empatía del espectador y que este se emocione o incluso se enfade por lo que sucede. Cuenta con unos personajes marginados muy bien interpretados por los desconocidos Dave Johns y Hayley Squires. Tal vez no es una de las mejores películas en la extensa filmografía del autor de "Lloviendo piedras", "Tierra y libertad" o "Felices dieciséis (film, por cierto, que he visto hace poco y que encuentro excelente). También quizás la Palma de oro obtenida en Cannes sea un reconocimiento sobrevalorado, pero el cine necesita películas comprometidas socialmente como esta (y más en estos difíciles tiempos actuales) y distinciones en materia de premios pueden servir para dar visibilidad a problemas de la clase obrera. El filme obtuvo el premio del público en el festival de San Sebastián y ha sido nominado en los premios del cine independiente británico y en los premios del cine europeo.



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