Loie
Fuller nació en el gran oeste americano. Nada hacía sospechar que
esta chica de campo llegaría a convertirse en estrella de los
cabarets de la Belle Époque y mucho menos que llegaría a bailar en
la Ópera de París. Oculta bajo metros de seda, alargando sus brazos
con bastones, Loie reinventa su cuerpo en el escenario deleitando al
público cada noche. Aunque el esfuerzo físico le castiga la espalda
y los focos le queman los ojos, no cesa en su empeño de mejorar.
Pero su encuentro con Isadora Duncan, joven promesa ansiosa por
triunfar, precipita la caída de Loie. Stéphanie Di Giusto debuta en
el largometraje con un filme que no es un drama biográfico al uso,
en este caso sobre un nuevo icono de principios del siglo XX. Si bien
peca de ser grandilocuente y efectista y no es una obra redonda, por
momentos es fascinante y la directora da una idea al espectador del
esfuerzo y el afán de superación de la protagonista muy bien
interpretada por Soko. Está acompañada por un atractivo reparto
formado por Lily-Rose Deep, Melanie Thierry, Gaspard Ulliel y
François Damiens. Presentada en la sección "Un certain regard"
del festival de Cannes de este año, el filme puede gustar a los
amantes del cine de autor y del arte de la danza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario