jueves, 3 de noviembre de 2016

Dead slow ahead * * * *

Esta semana cabe destacar la ópera prima de Mauro Herce, que se centra en el carguero Fair Lady, cuyos tripulantes son mayoritariamente filipinos. Entre las conversaciones aisladas de personas con sus seres queridos, el barco se convierte en en un lugar fantasmagórico. Observamos la cadencia hipnótica de los engranajes del transporte, que denotan el movimiento continuo de una maquinaria que parece devorar a los trabajadores: estos representan el viejo oficio de los marineros, que desaparece ante el desarrollo tecnológico del siglo XXI. Parece que se trate de una nave que no va a ninguna parte, tal vez es el último ejemplar de una especie en extinción, pero las máquinas siguen funcionando sin parar. Este es un extraño documental de autor en que las imágenes y los sonidos son muy importantes, mucho más que las pocas palabras que hay. El director nos propone un viaje en un carguero en que vemos que las personas quedan empequeñecidas ante el ritmo imparable de las máquinas. Herce logra describir una situación real como si fuera un poco extraordinaria o fuera de lo común por medio de un lenguaje cinematográfico sensorial y singular. Quizás haya un público sobre todo juvenil que no encuentre nada de especial en este filme pero es una de esas propuestas fuera de los cánones tradicionales que son interesantes y ofrece una mirada diferente. El filme ha tenido un excelente recorrido en diversos festivales: entre otros premios, obtuvo el premio especial del jurado en el festival de Locarno y una mención especial en el festival de Sevilla del año pasado, y hace pocas semanas antes de su estreno en salas, también fue considerada con una mención en el certamen Som cinema de Lleida de producciones catalanas


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