Uno de los estrenos estadounidenses de esta semana está dirigido por Michael Cuesta, director de capítulos de aclamadas series como "A dos metros bajo tierra", "Dexter" y "True Blood" y de films como "El fin de la inocencia" y el más reciente "Matar al mensajero". Tras la muerte de su prometida en un ataque terrorista, Mitch Rapp es reclutado por los Black Ops y entrena bajo la dirección de Stan Hurley, un agente de la CIA. Rapp y Hurley tienen que llevar a cabo una misión para detener una operación que podría desatar el caos a nivel internacional. Basado en la novela best seller de Vince Flynn y con un título genérico que no le beneficia para destacar, este es un irregular y violento thriller de acción con toque político que tiene un ritmo trepidante y habla del miedo al otro en el mundo actual pero el guion falla, tiene clichés y tampoco sobresale en las escenas de acción. Cuemta con un atractivo reparto masculino de actores formado por Dylan O'Brien ("El corredor del laberinto"), Michael Keaton (que con films como este puede volver a su etapa anterior a los oscarizados "Birdman" y "Spotlight"), Taylor Kitsch ("True detective II) y Scott Adkins (visto en títulos flojos de acción como "Eliminators"). En suma, este es uno de los estrenos estadounidenses menos destacables junto con "Enganchados a la muerte" de Niels Arden Oplev, remake de "Línea mortal".
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