Una semana después se ha estrenado en Netflix la segunda entrega de la trilogía estadounidense coescrita y dirigida opor Leigh Janiak que adapta el libro de R. L. Stine. En 1978, Camp Nightwing está dividido en campistas que vinieron del pueblo oprimido de Shadyside y consejeros que vinieron del próspero pueblo de Sunnyvale. Cuando los horrores del pasado de ambos pueblos cogen fuerza, estos dos grupos deberán unirse para resolver un misterio terrorífico. Este es un largometraje de terror, un slasher más sangriento y oscuro que el anterior, tiene los tópicos del género hace un homenaje a este tipo de cine. Además, los personajes están bien desarrollados e interpretados y los actores tienen mejor química entre ellos. Así pues, estamos ante una segunda parte mejor que la primera aunque pierde el factor sorpresa.
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