En la plataforma de Netflix se han estrenado títulos como la miniserie francesa “Atracadores: la serie”, el film de animación estadounidense “My Little Pony: una nueva generación”. El que nos concierne es el dirigido por Theodore Melfi, responsable de las interesantes “St. Vincent” y “Figuras ocultas”. Después de que un matrimonio pase por adversidades, Jack lidia con el dolor mientras Lilly permanece en el mundo real, lidiando con su propia culpabilidad y una lucha interna incapacitante al vivir con un oscuro secreto. Por si los problemas de Lilly no fueran suficientes, un estornino que ha anidado en su patio comienza a acosarla y a atacarla. Este estornino representa los problemas de Lilly y ella se obsesiona de manera absurda con matarlo. Finalmente, Lilly encuentra consejo en Larry, un peculiar psicólogo convertido en veterinario con su propio pasado problemático. Nace entre ambos una amistad única e improbable mientras se ayudan mutuamente a explorar, conocer y hacer frente a sus problemas. La película estadounidense es un drama sobre la pérdida y el duelo que utiliza metáforas toscas, visualmente es plana, tiene clichés y resulta sensiblera y empalagosa intendo emocionar al espectador. Cuenta con un reparto de actores desaprovechado formado por una entregada Melissa McCarthy, Chris O’Dowd, Kevin Kline, Timothy Olyphant y Daveed Diggs. El film no fue bien recibido en el último festival de Toronto.
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