viernes, 10 de septiembre de 2021

La metamorfosis de los pájaros * * * *

 


La madre de la madre 

En los últimos años me he aficionado al cine documental que ha demostrado tener una riqueza y variedad, con títulos recientes como “Honeyland”, “Collective” o “My mexican Bretzel”, que a veces se echa en falta en productos comerciales de ficción blancos y políticamente correctos.  He podido ver en pantalla grande este film que se ha estrenado en salas, algo cada vez menos habitual en cine.  Beatriz y Henrique se conocen, se enamoran y se casan cuando ella tiene 21 años. Henrique es un oficial de la marina y se embarca en el mar durante una temporada. Beatriz queda a cargo de sus seis hijos en casa. Un día ella muere de forma totalmente inesperada. Su hijo mayor es Jacinto, que desde la infancia ha soñado con convertirse en un pájaro. Jacinto es el padre de la guionista y directora Catarina Vasconcelos, cuya madre también falleció cuando ella tenía diecisiete años. Tras su muerte, Catarina empezó a trabajar en un proyecto llamado "La metamorfosis de los pájaros” que es el que nos ocupa.

Este largometraje portugués no es un documental al uso sino más bien una especie de autoficción lírica que logra tener hondura emocional, sobre la familia de la directora que es la nieta de Henrique y la hija de Jacinto, los nombres que ha dado a su abuelo y a su padre. La película es una notable elegía, el proceso de duelo por la pérdida de una madre y el idioma portugués le añade un adecuado tono de melancolía. En este sentido, se puede dividir en dos partes: la primera cuenta la historia de Triz y Henrique y a partir de la muerte, se centra en los descendientes. Es una obra experimental que juega con el lenguaje fílmico, utiliza una polifonía de voces de los personaje, tiene un papel importante la naturaleza y sus elementos: los árboles (más aún en este tiempo de pandemia a uno le dan ganas de abrazar a un árbol), el mar, las flores, etc), y tiene bellas imágenes fascinantes. En conjunto, al ser una ópera prima, la realización está bien cohesionada y por momentos resulta poderosa aunque no es fácil entrar en el visionado.

El film estuvo el año pasado en la sección Encounters de la Berlinale y ganó el premio a mejor película en el apartado Zabaltegi Tabakalera (el más radical del certamen) en el festival de San Sebastián. Sin duda, es una de las propuestas para cinéfilos más curiosas y singulares que podemos ver.

Valoración: 7.5

Lo mejor: la película contiene imágenes fascinantes.

Lo peor: uno puede desconectar de la propuesta con facilidad. 


 

Hacia el desenlace la directora cuenta en voz en off que ha jugado con los nombres de los miembros de su familia y parece que lo que no sabía se lo inventaba, de ahí el término “autoficción”.

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