Hong Khaou debuta en el largometraje
de manera excelente con este film británico. Se centra en la
relación que tiene un joven que ha perdido a su novio en un
accidente y la madre del ausente que no sabía de su condición
sexual. El protagonista intenta acercarse a la anciana para apoyarla
en su dolor y también porque es la única que puede valorar como él
a quien han perdido. Ambientada en el Londres actual pero que bien
podría estar contextualizada en otra época dado su aroma clásico,
el film es un bello retrato sobre el dolor por la persona querida,
realizado con delicadeza e intimidad. Es un melodrama sutil con algún
toque de humor en que la distancia cultural entre la madre
china-camboyana y el hombre inglés, gracias a un traductor y a sus
sentimientos, ya no lo es tanto, entre ellos recuerdan al amado
fallecido. La película llega a emocionar al espectador y a eso
contribuye las excelentes actuaciones de Ben Wishaw (en uno de sus
mejores papeles, sino el mejor hasta la fecha) con una mirada que
transmite pena y Cheng Pei Pei como la dolorida madre a la que le
ocurre una de las peores cosas y cuyo mundo se ve alterado en un
primer momento por un extraño con el que comparte el dolor por el
ausente. Premiada la fotografía de Urszula Pontikos en el festival
de Sundance y finalista a la mejor ópera prima en los BAFTA, gustará
a los seguidores de emocionarse con dramas de gran calado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario