lunes, 7 de septiembre de 2015

Corazón silencioso * * *




Las reuniones familiares en una casa para tomar una decisión importante o en que una celebración da pie a discusiones y afloran sentimientos siempre es materia jugosa en las obras de ficción. El director Bille August, que hace años fue premiado con dos Palmas de Oro por "Belle, el conquistador" y "Las mejores intenciones", por la que también logró el Oscar, y que en los últimos años habían perdido el buen pulso (su anterior película "Tren de noche a Lisboa" obtuvo malas críticas"), sabe bien que este mecanismo de personajes reunidos en un lugar funciona. En este caso además hay como tema de fondo el de una anciana madre que ha decidido dejar de vivir antes que ver cómo su irreversible enfermedad la deja sin mobilidad. Sus dos hijas, en un principio, tienen actitudes diferentes ante la despedida: mientras que la hija mayor acepta lo que va a ocurrir haciéndose la fuerte e intentando controlar la situación, su hermana más joven no quiere que su abuela fallezca antes de tiempo. A medida que avanza el trascurso del último fin de semana todos en familia antes del triste desenlace, el comportamiento de las hijas evolucionará. En este sentido, este cambio de actitud al revés me recuerda un poco al que tienen las dos hermanas protagonistas de "Melancholia" de Lars von Trier, aunque en ese caso tenía lugar ante un hecho catastrófico fuera del alcance humano. La cámara de August deja observar a sus personajes sin un tratamiento afectado en el que podría haber caído este tipo de historia, no toma partido ante un tema como la eutanasia, lo trata con cierta delicadeza. Aunque está realizada de manera convencional y sabemos de antemano el final que ha preparado el matrimonio de abuelos, podemos apreciar la manera en que se suceden los hechos hacia el tramo final en que está en peligro el objetivo acordado. Por otro lado, el elenco actoral hace un buen trabajo, sobre todo las actrices: Ghita Norby como la madre enferma que mantiene si dignidad y Paprika Steen y Danica Curcic como la hermana mayor y la menor, hacen creíbles sus personajes, si bien esta última tiene una carga más dramática de puertas para afuera. El director parece recuperar parte de su talento en esta cinta que fue bien recibida en el festival de San Sebastián del año pasado y logró entrar en el palmarés con el premio de interpretación a la actriz P. Steen (vista en films dogma de Vinterberg como "Celebración") que bien podría haber compartido con su madre en la ficción. Esta es una película sensible que habla de la vida y hace pensar en los seres queridos que podemos perder.
Valoración: 7 
 Lo mejor: el planteamiento de la historia y el trabajo de G. Norby y P. Steen.
 Lo peor: la realización de August no va más allá de ser correcta. 


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