El veterano y prolífico
cineasta catalán Ventura Pons regresa con un estreno casi por año,
muy parecido al caso de Woody Allen. El director de "El porqué
de las cosas", "Caricias", "Amor idiota" o
"Forasteros", cuya anterior cinta fue el documental "Ignasi
M.", vuelve al terreno de la ficción cinematográfica tras "Año
de Gràcia" con este drama escritor por Josep Maria Miró y el
propio Pons. Cuenta la historia de un grupo infantil de natación que
un día nadan sin cinturón y acusan al monitor de dar un beso a un
niño, algo que ha visto una niña. La duda radica en si se trata de
un simple gesto de afecto del monitor al niño asustado o hay algo
más grave que puede relacionarse con aprovecharse de un menor o con
la homosexualidad. Este hecho hace que los padres se preocupen, la
directora del club de natación se enfrenta a un dilema y pide
explicaciones al monitor, cuyo compañero se desentiende de él y no
se pronuncia. El silencio del otro monitor es el de la conformidad,
el de las mayorías sumisas. En este sentido, el director, que
abiertamente ha manifestado estar a favor del proceso independentista
en Catalunya, puede querer hacer entender que "El virus de la
por" tenga una lectura de rebelarse a la conformidad y alzar su
propia voz, además que el título hace referencia a una posible
postura política del miedo que Pons rechaza. El planteamiento de la
película es parecido al de la nominada al Oscar "La caza"
de Thomas Vinterberg, protagonizada por el ganador del premio a mejor
actor Mads Mikkelsen por este film danés. "El film que nos
ocupa es interesante en cuanto que habla de que la sospecha alimenta
el miedo y éste genera violencia. Trata de la relación entre los
prejuicios de la sociedad y la comunicación social, en que en un
momento en las redes sociales o por Internet se pueden vertir
difamaciones o falsas verdades. Aunque la realización tiene un aire
a telefilm que no le beneficia y no es una película redonda, vale la
pena verla por lo que cuenta con precisión y por las
interpretaciones de los actores. En este sentido, Roser Batalla como
la directora del centro hace una actuación con tensión contenida en
su rostro, que podría hacer que ganara el premio Gaudí de la
próxima edición de la academia de cine catalán, bien acompañada
por Rubèn de Eguia, que interpreta al monitor. No es de las mejores
en la filmografía de Ventura Pons, pero gustará a los interesados
en su temática y a los seguidores del director.
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