Uno de los estrenos
estadounidenses de la semana es esta película dirigida por Peter
Sollet, un director poco conocido en cuya corta filmografía destaca
"Camino a casa" y "Nick y Norah, una noche de música
y amor". El filme está basado en la historia real de Laurel
Hester y Stacie Andrée. La primera es una condecorada policía de
Nueva Jersey que padece un cáncer terminal y quiere dejar su pensión
a su pareja Stacie, pero los funcionarios del condado no ven bien la
pareja homosexual y quieren evitarlo. Ante un argumento como éste,
podríamos haber estado ante una interesante película sobre un tema
complejo pero el drama resulta un poco aburrido y cae en los tópicos
del telefilme por culpa de un guión bastante mejorable de Ron
Nyswaner. Lo mejor está en el reparto de actores, encabezado por
Julianne Moore como Laurel y Ellen Page como Stacie. La primera
vuelve a demostrar su capacidad para llenar la pantalla en un
personaje que padece una enfermedad, después de su oscarizado papel
de enferma de Alzheimer en "Siempre Alice". La segunda, que
declaró abiertamente su condición homosexual, es creíble en su
personaje y merece demostrar su talento en buenos papeles. Están
acompañadas por Michael Shannon y Steve Carell, que destaca en su
personaje. Cabe mencionar que la música para el filme viene firmada
por el maestro Hans Zimer. Así pues, a pesar de la entrega de las
excelentes actrices, no consiguen que estemos ante una propuesta
convencional y rutinaria que se presentó en la sección oficial del
festival de San Sebastián.
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