Hace tiempo vi el filme
"Perder la razón" del director Joaquim Lafosse, una
película cuyo final aún me inquieta. El año pasado dirigió "Los
caballeros blancos" por la que el director fue premiado en el
festival de San Sebastián, donde este año presentó en la sección
Perlas el filme que está en la cartelera, que pasó por la Quincena
de realizadores del festival de Cannes. Lafosse regresa a un ambiente
familiar enrarecido como en "Perder la razón". Si en aquel
filme, la excelente Emilie Dequenne convivía con el padre adoptivo
de su marido, en esta ocasión Marie y Boris son una pareja en
proceso de separación tras quince años juntos que tiene dos hijas
gemelas. La mujer pagó la casa con ayuda de su madre pero el hombre
hizo la reforma gracias a la que la vivienda tiene un valor más
alto. El padre no puede permitirse económicamente abandonar el lugar
y vivir en otro lugar y pide la mitad de lo que le pertocaría según
él, mientras que ella sólo está dispuesta a que tenga un tercio
según el notario. Así pues están obligados a vivir juntos con
ciertas reglas que Marie ha puesto pero que Boris se salta a veces,
mientras las niñas son testigo de la situación. Desde la primera
escena vemos una mecánica extraña ya que mientras la madre está
con las hijas, aparece el padre, que no le tocaba estar todavía allí
porque ha salido antes del trabajo. Rodado casi por completo en el
interior de la casa, con alguna escena puntual en el jardín y otra
fuera de la vivienda, aunque en algún momento uno necesite salir de
esas cuatro paredes, la cámara se mueve con naturalidad de un
personaje a otro con naturalidad, algo que contribuye al realismo que
desprende un filme en el que el director no juzga a los personajes,
que hace que el espectador valore quién de los dos miembros de la
pareja tiene más razón. Considero que aunque la situación de Boris
es muy complicada y se le ve siendo un buen padre, se salta a veces
las normas que ella ha puesto para convivir mejor y hay una escena
nocturna en el jardín entre Marie y unos amigos en la que él se
entromete y provoca tensión. El filme hace un retrato pesimista de
las relaciones de pareja en que algunas permanecen juntas por
cuestiones económicas, cuando hace años era por razones morales, de
ahí el título original en francés "L'economie du couple".
Vemos la cotidianidad diaria del matrimonio con sus hijas en la
convivencia. El personaje de la madre de Marie que intenta ayudar
denota esa concepción de la vida en pareja en que se aguantaba más
los problemas hace años. La película se sustenta en la labor
interpretativa del matrimonio protagonista. Marie se muestra más
intransigente con su marido mientras que él parece llevar mejor la
convivencia. Hay un momento en que se atisba una mejor sintonía
entre ellos pero sirve para dejar claro que el amor entre los dos se
acabó y no se puede recuperar. Bérénice Béjo demuestra de nuevo
un gran registro dramático en un personaje con un parecido al de "El
pasado" de A. Farhani, ya que en esa película volvía a su vida
su antigua pareja cuando ella tenía otra relación. Cédric Kahn
también aporta mucha verdad a su personaje, además de ser director
del filme "Vida salvaje". En suma, esta es una de las
mejores películas de su director, que tiene una de las miradas más
interesantes del cine europeo actual.
Valoración:
8
Lo
mejor: la verosimilitud que transmite y el trabajo de Bérénice Béjo
y Cédric Kahn.
Lo
peor: algún momento cotidiano que parece aportar poco.
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