En Madrid en agosto de 2007, Curro
entra en prisión tras participar en el atraco de una joyería. Ocho
años después sale de la cárcel con ganas de empezar una nueva vida
con su novia de toda la vida Ana y su hijo, pero se encuentra con una
situación inesperada y un desconocido, José, que le lleva a hacer
un extraño viaje para saldar cuentas pendientes del pasado. El
notable actor Raúl Arévalo debuta en el largometraje con este
proyecto que le ha costado levantar algunos años, sin previo paso
por el cortometraje. El actor ha aprendido de trabajos anteriores
como "La isla mínima" para realizar este filme
estructurado en capítulos al principio titulados "El bar",
La familia" o "Ana" para seguir con "La ira"
que ocupa la mayor parte del metraje. En los últimos años el género
del thriller ha dado muchas satisfacciones al cine español, desde
"Celda 211" hasta la citada película de Alberto Rodríguez.
Lo que tiene de especial "Tarde para la ira" es que
mantiene la tensión antes de los estallidos de violencia en esta
historia de una gestación lenta de la ira y una venganza tardía,
está emparentada con los thrillers de los años setenta, tiene ecos
del western, la realización es seca e intensa y tiene una
ambientación y una fotografía sucia acorde con la historia de unos
personajes bien diseñados y que no pueden salir de su desdichado
destino. En este sentido, los actores realizan estupendas
interpretaciones, encabezados por Antonio de la Torre en un papel que
recuerda al que hizo en "Caníbal" y Luis Callejo, en un
personaje que es el contrapunto del de Jose, un hombre visceral. El
triángulo lo completa Ruth Díaz, como una mujer atrapada, que fue
premiada como mejor actriz en la sección Orizzonti de la Mostra de
Venecia. Entre los secundarios cabe destacar sobre todo a Manolo
Solo, que monopoliza una secuencia con su carismático personaje y
Raúl Giménez como el hermano de Ana. Las actuaciones de Luis
Callejo, Ruth Díaz y Manolo Solo pueden hacer que consigan ser
reconocidos en materia de premios. Este año el thriller español
vive un auge con títulos como "Cien años de perdón", "El
hombre de las mil caras" o "Que Dios nos perdone". El
debut de Raúl Arévalo se alza como uno de los mejores que ha dado
el cine español reciente, por cómo está realizado y sus personajes
para el recuerdo, así como en su día destacó la ópera prima de
Agustín Díaz Yanes "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos
muerto".
Valoración:
9
Lo
mejor: la tensión que ofrece y las actuaciones de los actores.
Lo
peor: que pueda pasar desapercibida para el gran público.
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