Uno de los estrenos más
interesantes de la semana es el último filme de André Techiné,
importante director francés que comenzó su andadura cinematográfica
a mediados de los años setenta y que cuenta en su haber con títulos
notables como "Les innocents", "Los juncos salvajes",
"Alice y Martin" o más recientemente "La chica del
tren". Esta es la historia de Damien, hijo de un soldado, que
vive en un cartel del sudoeste francés con su madre, que es médico,
mientras que su padre está en misión militar en África. El chico
sufre el maltrato de uno de sus compañeros, Tom, cuya madre adoptiva
está enferma. La repulsión y la violencia que muestran el uno hacia
el otro es un problema, aunque la madre de Damien decide acoger a Tom
en su casa. Como en su excelente filme "Los juncos salvajes",
Techiné vuelve al tema de la adolescencia, de esa complicada edad de
autodescubrimiento y despertar sexual en que la violencia puede
estallar como consecuencia de un deseo sexual en proceso de
asimilarse. Es curioso cómo el veterano director realiza una
película muy juvenil, con serenidad, atenta a la complejidad de esa
edad con delicadeza. Está bien interpretada por los niños Kacey
Mottet y Corentin Fila como Damien y Tom, y Sandrine Kiberlain como
la madre del primero. El filme estuvo en la sección oficial del
festival de Berlín de este año, quizás da la sensación de que la
historia ya nos la han contado pero es uno de los más logrados de la
última etapa de su director y gustará a los interesados en
personajes en edad adolescente, como en la también estrenada "Verano
en "Brooklyn" o "La propera pell".
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