Otro de los estrenos estadounidenses de
esta semana es este filme dirigido por Gavin O'Connor. El director es
el responsable de buenas películas como "Tumbleweeds",
"Warrior" (que no llegó a estrenarse en salas en España)
y "La venganza de Jane" que se estrenó este año tras un
proceso complicado en su realización. Christian Wolff (Ben Affleck)
es un erudito de las matemáticas que es más afín de los números
que de las personas. Bajo la tapadera de una gestora de un pueblo
trabaja como contable autónomo para diversas organizaciones
delictivas muy peligrosas. Con el Departamento Jurídico del
Ministerio de Hacienda dirigido por Ray King (JK Simmons) pisándole
los talones, se encarga de un cliente legal: una vanguardista
sociedad de robótica en la que una secretaria de contabilidad ha
descubierto una discrepancia por importe de millones de dólares. A
medida que Christian analiza los libros de contabilidad y se acerca a
la verdad del asunto, empieza a aumentar el número de muertos. El
género del thriller está muy manido y no es fácil aportar aspectos
nuevos que llamen la atención. Al principio es interesante esta
intriga que oculta sus cartas. El personaje principal, un autista
contable que oculta algo, es interesante y Ben Affleck lo interpreta
con corrección, aunque el actor y director sigue con su habitual
poca expresión (a lo que hay que añadir su supuesto paso por el
quirófano) pero que en este personaje le viene bien. El filme
intenta ser un thriller no del montón, tiene un look a filmes de los
años ochenta, es entretenido, intenso por momentos y cuenta con
escenas de acción. Sin embargo, hacia el desenlace se impone el
sinsentido y se recurre al tiroteo como ocurre en otros filmes de
este tipo. El reparto de actores es solvente, incluye a Anna
Kendrick, JK Simmons, John Lithgow y Jeffrey Tambor. Puede verse con
atención sobre todo para los amantes de este género pero es uno de
esos filmes menos consistentes y peores de lo que parece por tener
empaque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario