El bar * * *

Después de la no muy bien conseguida "Mi gran noche", Álex de la Iglesia ha dirigido este filme que tiene una premisa prometedora: a las nueve de la mañana, un grupo de personas heterogéneo desayuna en un bar en el centro de Madrid. Uno de ellos tiene prisa; al salir por la puerta recibe un disparo en la cabeza. Nadie se atreve a socorrerle y quedan atrapados. Este es un thriller grotesco con humor negro fiel al estilo del cineasta. Esta vez los personajes no están encerrados en un edificio de pisos como en "La comunidad" o en un plató de televisión como en "Mi gran noche" sino en el bar del título. Como ocurría en "Las brujas de Zugarramurdi", el arranque del filme es estupendo pero después se vuelve excesivo y caótico, en un último tercio en las cloacas. Me gustan mucho algunas películas suyas como "El día de la bestia" o "La comunidad" en que los golpes de efecto están al servicio de la historia pero parece que en sus últimas películas no es así y parece querer demostrar que puede armar fanfarrias para abrumar al espectador. El director ha contado su manera de ver el cine que no me convence: siente una obsesión por que el público no se aburra y no le gusta que piense si una película es buena o mala sino que simplemente quede impresionado. Es decir, que parece querer decir que aunque haya vendido un bodrio, lo importante es que el espectador haya quedado fascinado sin que tenga que discernir si le ha gustado o no. La propuesta no es muy arriesgada, es característica del director y no quiere decepcionar a sus seguidores, sobre todo después de que no gustaran mucho sus intentos de ofrecer otros registros como en "Los crímenes de Oxford" y "La chispa de la vida". Esta vez, sin embargo, agradezco un discurso social adecuado al tiempo que vivimos. A nivel técnico la película es notable, tiene buen ritmo y cuenta con un atractivo elenco de actores como es habitual en su filmografía: Mario Casas como el hipster, Blanca Suárez como la pija, Carmen Machi como una ludópata, Terele Pávez es la dueña del bar, Secun de la Rosa es el camarero, Joaquín Climent es un parroquiano violento, Alejandro Awada es un hombre de negocios liante y Jaime Ordóñez interpreta a un sintecho en un registro histriónico más allá que en "Las brujas de Zugarramurdi". El filme se presentó en el festival de Berlín y de Málaga fuera de la sección oficial y, a la espera este año del remake "Perfectos desconocidos", podríamos incluir a "El bar" entre uno de sus últimos títulos más aceptables aunque no de los mejores en la trayectoria del realizador.