Otro estreno comercial estadounidense es esta película dirigida por Zack Braff, actor en la serie "Scrubs" y que debutó en el largometraje con la estimable "Algo en común" con quien formó pareja protagonista con Natalie Portman. Braff sigue en el terreno de la comedia con esta historia sobre tres hombres ya mayores que ven esfumarse la pensión de su jubilación tras una crisis económica de la empresa en la que trabajaron toda su vida. Entonces planean para solucionar el problema atracar el banco que se quedó con su dinero. Esta es una comedia de atracos agradable, con algunos momentos divertidos pero también es rutinaria, un poco torpe en el aspecto cómico y no ofrece nada nuevo a este tipo de filmes. El guion es más bien esquemático y quizás el único reclamo está en contar con tres veteranos actores ajustados a sus personajes: Michael Caine, Morgan Freeman y Alan Arkin, que tienen la capacidad de parodiarse a sí mismos, secundados por Ann Margret y Matt Dillon. Los actores principales merecen estar en propuestas de más enjundia que esta fácilmente olvidable película, así como su director, más interesantes en filmes independientes.
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