Uno de los estrenos cinematográficos de la Semana Santa es la ópera prima de Julien Rappeneau, que cuenta la historia de Vicente Machot, un hombre cuya vida transcurre entre su peluquería, su primo, su gato y su dominante madre. Un día, Vicente conoce por azar a Rosalie Blum, una misteriosa y solitaria mujer, y está convencido de sufrir un déja-vu, de que ya se ha encontrado con ella alguna vez. Intrigado, decide seguirla a todas partes, con la esperanza de saber más de ella. Esta es una adaptación del cómic de Camille Jourdy, un filme con elementos de drama y romance y con dosis de humor, que deja sonrisas al espectador aunque no es estrictamente una comedia. Es cierto que puede tener como referente la popular "Amélie", ambientada en la villa que da título al film, trata historias cruzadas sobre personajes en apariencia grises pero interesantes, bien interpretados por Noémie Lvovsky, Kyan Khojandi y Alice Isaaz. Nominada a mejor debut en el largometraje en los últimos premios César, esta es una de esas películas francesas que resultan agradables, es estimable y melancólica.
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