Un
triángulo femenino de poder
Después
de “El sacrificio del ciervo sagrado”, Yorgos Lanthimos ha
dirigido otra coproducción británica diferente a la anterior, en
que por primera vez no es guionista pero se nota su estilo en la
realización. A
principios
del siglo XVIII, Inglaterra está en guerra con los franceses. Una
reina debilitada, Anne, ocupa el trono, mientras que su amiga Lady
Sarah gobierna el país en su lugar, debido al precario estado de
salud y al carácter inestable de la monarca. Cuando una nueva
sirvienta aparece, Abigail, su encanto seduce a Sarah. Sarah ayuda a
Abigail y ésta ve una oportunidad para regresar a sus raíces
aristocráticas. Como la política ocupa gran parte del tiempo de
Sarah, Abigail empieza a acompañar con más frecuencia a la Reina.
Desarrollarán una amistad que Abigail aprovechará para saciar sus
ambiciones.
Este
es un excelente drama de época con un humor fino y también
grotesco, que cuenta un triángulo de relaciones femeninas y una
historia de supervivencia y poder en una época en que la mujer no
tenía unas condiciones fáciles. Además, puede sorprender a los
espectadores el tique lésbico en las relaciones entre los
personajes. La película cuenta con una magnífica ambientación de
espacios y caracterizaciones, al principio utiliza una música
agradable de Hendel para situar al espectador pero luego se vuelve
más inquietante, destaca la fotografía a cargo de Robbie Ryan con
grandes angulares, ojo de pez y contrapicados que indican cierto
temor hacia los personajes, quizás sin mucha implicación pretendida
y con pocos primeros planos. El largometraje no sería lo mismo sin
el magnífico trabajo de las tres actrices principales en papeles
complejos: una asombrosa Olivia Colman como la reina Anne, patética
pero a la vez humana, que ha sustuido el amor a sus malogrados 17
hijos por el del mismo número de conejos, Rachel Weisz como Lady
Malborough, que manipulaba a la reina por el bien de su país, y Emma
Stone como la arribista sirvienta Abigail, dispuesta a todo para
recuperar su alta posición. Además, cuenta con el actor Nicholas
Hoult en un personaje secundario; en general los hombres se muestran
como seres que practican juegos absurdos y su papel contribuye a la
misantropía del director.
“La
favorita” ha sido uno de los films más importantes de la temporada
de premios y mi preferido, ya fue galardonado con el gran premio del jurado en la
Mostra de Venecia, fue seleccionada en el top 10 de mejores películas
del año por el American film institute, obtuvo diez premios BIFA
incluyendo mejor película británica independiente, director y
guion, ganó 7 premios BAFTA incluyendo mejor película británica,
guion original y actriz de reparto (Weisz) y recibió diez
candidaturas a los Oscar entre las cuales a mejor película,
director, actrices de reparto para Weisz y Stone, guion original,
montaje y fotografía; finalmente Olivia Colman ha ganado
merecidamente el Oscar a mejor actriz protagonista, al que hay que
sumar la Copa Volpi en Venecia, el premio a mejor actriz en el
festival de Gijón, el Globo de oro y el Critic choice award a mejor
actriz de comedia y el BAFTA .
En
definitiva, estamos ante el film más accesible de su director y uno
de los más logrados de uno de mis directores favoritos de cine de
autor.
Valoración:
9
Lo
mejor: las estupendas actuaciones de Weisz, Stone y, en especial
Colman.
Lo
peor: el estilo en la realización puede sacar al espectador de la
película.
En
el desenlace, no hay un enfrentamiento físico entre Lady Sarah y
Abigail. La última escena deja un poco de mal cuerpo al espectador,
ya que la reina se ha quedado sola con sus conejos y, sin su antigua
amante, no parece que vaya a ser muy buena como al principio su
relación con Abigail.
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