Otro film galo que se ha estrenado en cines es el coescrito y dirigido por Bernard Campan (responsable de títulos como “Le pari”). Louis e Igor son dos hombres que llevan vidas muy diferentes. Louis dirige una funeraria. Soltero empedernido, vive dedicado a su trabajo y sin muchas preocupaciones sentimentales. Por una casualidad de la vida, un día se cruza con Igor, un espíritu agudo en un cuerpo minusválido a causa de una parálisis cerebral. Igor reparte verduras ecológicas mientras pasa su tiempo libre leyendo a Sócrates, Nietzsche y Spinoza y se toma la vida con filosofía. Juntos emprenderán un viaje en el coche fúnebre de Louis para transportar el cuerpo de la difunta Madeleine al lugar donde debe ser enterrada. Así, cuando el destino los une, ambos se darán cuenta de lo mucho que tienen que aprender del otro. En este recorrido salpicado de encuentros, Louis e Igor irán conquistando la libertad sobre la mirada de los demás y aprendiendo a amar la vida tal y como llega, liberándose de uno mismo. Esta coproducción francesa es una notable comedia dramática en forma de road movie sobre una amistad inesperada que tiene un tono vitalista y hace un canto a la vida. La simpática película no ofrece sorpresas aunque no es aleccionadora sobre tratar con alguien diferente y podría recordar a la exitosa “Intocable” aunque en la quje nos ocupa los dos personajes tienen sus respectivos problemas. Destaca la música compuesta por Niklas Paschburg y las actuaciones del propio Bernard Campan y, en especial, de Alexandre Jollien que casi se interpreta a sí mismo pues realmente sufrió una parálisis. Esta es una agradable feel good movie que recibió un adecuado premio del público en el apartado de premieres internacionales del último festival de Málaga.
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