La semana pasada hubo varios estrenos en la cartelera española. Uno de ellos es el dirigido por James Marsh que sigue en el terreno de la ficción después de “Rey de ladrones”. El genio literario Samuel Beckett vivió una vida de muchas etapas: 'bon vivant' parisino, combatiente de la Resistencia en la II Guerra Mundial, dramaturgo ganador del Premio Nobel, marido mujeriego y recluso. Pero, a pesar de toda la adulación que recibió, era un hombre muy consciente de sus propios defectos. En 1969, tras haber sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura, un avergonzado Beckett simplemente quería deshacerse de él. La película británica es un aceptable drama biográfico que entra y sale de las fases de la vida del escritor durante décadas, habla de su amistad con James Joyce y sus relaciones más importantes aunque trata poco sobre su obra literaria. La cinta tiene una buena factura, una destacada fotografía sobre todo en blanco y negro, resulta elegante y está bien protagonizada por Gabriel Byrne, bien acompañado de Aiden Gillen (“Aquellos que desean mi muerte”), Sandrine Bonnaire y Fionn O’Shea (“Dating Amber”).
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