Se
estrena esta semana uno de los mejores films que pasaron por la
sección oficial del festival de Cannes. Se trata de una biografía
poco convencional del célebre pintor William Turner, que se codeó
con la aristocracia pero también el público se burlaba de él. Tras
la muerte de su padre, se aisla, pero conoce a una mujer Mrs. Booth,
que le hará cambiar. Mike Leigh, director de excelentes films como
"Secretos y mentiras" (Palma de Oro en Cannes), "El
secreto de Vera Drake" o "Another year", vuelve a
retratar escenas cotidianas y arma un film de época (algo poco usual
en él) muy bien ambientado en el romanticismo inglés. De la mano de
su actor protagonista, retrata a un hombre por un lado, genio de la
pintura, pero del otro con un carácter difícil. Leigh dirige con
elegancia y cierta aspereza propia de su cine, acompañado de la
excelente fotografía de Dick Pope, que vuelve a colaborar con el
cineasta para crear las bellas luces y sombras de la época y de los
cuadros de Turner. Éste está encarnado de manera inmensa por
Timothy Spall, que también estuvo en anteriores films de Leigh como
"Secretos y mentiras". Aquí hace una gran y compleja
interpretación, con su aspecto gruñón, merecedora de premios en
Cannes y en el festival de Sevilla, donde además su director fue
galardonado.La de Spall es una de las mejores actuaciones del año y
merece estar presente en los Oscar junto a la labor de fotografía,
por ejemplo, si bien parece que el no estar nominado a premios como
los Globos de Oro, le resta posibilidades frente a actores como
Michael Keaton. En definitiva, estamos ante una de las mejores
películas no sólo sobre pintores sino también de su realizador.
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