Musarañas * * *

Sin lugar a dudas, mucho más que la típica propuesta para adolescentes que es "El club de los oncomprendidos", el estreno español más interesante que se ha estrenado en esta Navidad es la ópera prima de Juanfer Andrés y Esteban Roel. Se trata de un thriller psicológico malsano que cuenta la historia de dos hermanas: la mayor, una mujer que ha cuidado de su hermana pequeña tras la muerte de la madre y el abandono del padre, que padece agarofobia, y la menor, una chica cándida e inocente. El destino hace que un hombre irresponsable pida ayuda a la puerta equivocada de las protagonistas, pues el chico provocará consecuencias graves. En este sentido, el film tiene un aire a la clásica obra de teatro "La casa de Bernarda Alba" por el ambiente claustrofóbico, el dominante y controlador personaje femenino principal y el elemento masculino, desencadenante y que viene del exterior. Producida por Álex de la Iglesia, la película está bien ambientada en los años 50, aprovecha bien los espacios cerrados y tiene un buen trabajo de maquillaje y peluquería que serían dignos de ser finalistas a los premios Goya. Pero sobre todo se sustenta en el plano actoral por la estupendamente exagerada y malvada interpretación de Macarena Gómez, por fin en un gran personaje para el cine que merece ser candidata al Goya (aunque puede tener el handicap de que estemos ante un film de género al que los académicos no son muy seguidores). La actriz, que ya el año pasado estaba fenomenal en "Las brujas de Zugarramurdi" disfruta en su papel de malévola, con una mirada y rostro que transmiten miedo, sobre todo a su hermana en la ficción (bien Nadia de Santiago). Además, el atractivo reparto cuenta con Hugo Silva, Luis Tosar. Gracia Olayo, Carolina Bang y Asier Etxeandia. Presentada en el pasado festival de Sitges donde hubiera merecido el premio de interpretación femenina, "Musarañas" es una buena muestra, aunque no la mejor, del talento de directores españoles en el terreno del thriller y el terror, un fuerte debut que puede conseguir estar presente en próximos premios, a pesar de que lo que cuenta es lógico que no sea muy novedoso y de sus excesos de tono hacia el final.