En una semana cargada de buenos estrenos,
vale la pena destacar una producción independiente norteamericana.
Presentada en la sección oficial del festival de Sitges del año
pasado, se trata de la aceptable comedia negra sobre un padre de
familia con problemas económicos que recibe el trato de aceptar
dinero si comete ciertas acciones. A priori uno podría pensar que el
film se aprovecha de la grave realidad socio-económica pero E.L.
Katz dirige con fuerza una película bien escrita, donde las víctimas
pueden resultar desagradables y los malhechores con cierta
personalidad. Gustará sobre todo a los seguidores de este subgénero
que combina thriller con humor.
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