La nueva propuesta de Tim Burton se basa
en el matrimonio real formado por Margaret y Walter Keane, cuyos
cuadros que él firmaba con personajes infantiles de grandes ojos
tuvieron mucho éxito en los años cincuenta y sesenta, pero en
realidad los pintaba su mujer. Así, los guionistas S. Alexander y L.
Karaszewski parten de esas figuras para escribir una historia con un
punto de justicia feminista hacia Margaret Keane. A simple vista,
Burton dirige una cinta no fantástica como es costumbre en su
filmografía (con grandes films como "Eduardo Manostijeras")
pero un poco superficial como sus últimas películas, pues no ahonda
lo suficiente en esta potente historia. Uno piensa en lo que hubiera
sido en manos de un director más serio. Así pues, la última de
Burton es entretenidamente ligera y está bien interpretada por la
pareja protagonista: Amy Adams compone otro interesante personaje más
en su excelente carrera pero, de nuevo, no logrará el Oscar por éste
aunque tenga opciones para ser candidata otra vez. Por su parte,
Christoph Waltz hace lo que ha demostrado ya muchas veces, encarnar a
un personaje con un punto desagradable y no parece importarle
encasillarse en este tipo de papeles. "Big eyes" no es
estrictamente una comedia, es más bien un drama pero las
características poco profundas antes menciionadas quizás han
llevado a los dos actores a ser nominados a los Globos de Oro en la
categoría de comedia. En definitiva, estamos ante una obra mejor que
la anterior "Sombras tenebrosas", pero su última mejor
película sigue siendo "Sweeney Todd" y, por lo tanto,
sigue lejos de realizar un excelente film como hace ya años. Pero
gustará a los seguidores de la filmografía colorida y vistosa de
Burton, así como de Adams y Waltz, acompañados por Jason
Schwartzman y Danny Huston, entre otros.
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