jueves, 1 de agosto de 2019

El emperador de París * * *


Jean-François Richet cuenta en su filmografía con títulos como “Ma 6-T va crack-er”, “Asalto al distrito 13”, el díptico “Mesrine”, “Una semana en Córcega” y “Blood father”. En el estreno que nos atiende, bajo el imperio de Napoleón, François Vidocq, el único hombre que ha conseguido escapar de las más grandes penitenciarías del país, es una leyenda de los bajos fondos parisinos. Dado por muerto tras su última gran evasión, el ex-presidiario intenta pasar desapercibido tras el disfraz de un simple comerciante. Sin embargo, su pasado lo persigue, y después de ser acusado de un asesinato que no ha cometido, propone un trato al jefe de policía: se une a ellos para combatir a la mafia, a cambio de su libertad. A pesar de sus excelentes resultados, provoca la hostilidad de compañeros del cuerpo así como del hampa, que ha puesto precio a su cabeza. Estamos ante un folletín de aventuras que tiene una lograda ambientación de época del siglo XIX, que recuerda a grandes producciones de Hollywood, el aspecto técnico y visual es notable y vistoso, tiene unas potentes escenas de acción y violencia y un marco realista aunque con un punto fantasioso. Richet recupera un personaje francés años después del film “Vidocq” de Pitof (2001), le da un aire heroico pero le falta la singularidad del investigador. Si esa película estaba protagonizada por Gerard Depardieu, esta lo está por Vincent Cassel (que ya trabajó con el director en “Mesrine” por el que ganó el premio César). Cuenta con un atractivo y europeo elenco de actores formado por Patrick Chesnais (“Mi encuentro con Marilou), August Diehl, Olga Kurylenko, Denis Lavant, Freya Mavor, Denis Menochet y Fabrice Luchini. Así pues, esta es una propuesta de gran despliegue de recursos que podría haber sido mejor si profundizara más en el protagonista, y obtuvo dos nominaciones a los premios César a mejor diseño de producción y de vestuario. 

 

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