Otro
largometraje que se ha estrenado en salas es una coproducción
argentina escrita y dirigida por Benjamin Naishtat, responsable de
“Historia del miedo” y “El movimiento”. A
mediados de los años 70, un hombre extraño llega a una tranquila
ciudad de provincias. En un restaurante, y sin motivo aparente,
comienza a agredir a Claudio, un reconocido abogado. La comunidad
apoya al abogado y el extraño es humillado y expulsado del lugar.
Más tarde y camino a casa, Claudio y su mujer, Susana, son
interceptados por el hombre extraño que está decidido a vengarse.
El abogado toma entonces un camino sin retorno, de muerte, secretos y
silencios. Este es un notable thriller que recupera el cine negro,
describe una violencia soterrada y hace una metáfora de una sociedad
amoral previa a la dictadura argentina. La película es seca, tiene
escenas que parecen inconexas entre ellas y una destacada fotografía
a cargo de Pedro Sotero. Además, está bien interpretada por los
actores, en especial Darío Grandinetti en su último mejor papel
hasta ahora, y Alfredo Castro, así como cuenta con Andrea Frigerio
(vista en “Mi obra maestra”) y Diego Cremonesi (“Invisible”).
El film fue reconocido quizás de manera sobrevalorada con tres
premios en la edición del año pasado del festival de San Sebastián
con las conchas de plata a mejor dirección, actor para Grandinetti y
fotografía, también clausuró la pasada edición de la Mostra de
cine latinoamericano de Cataluña en Lleida y ha obtenido trece
nominaciones a los premios Cóndor de plata. Así pues, aunque es una
propuesta que no parece haber sido muy bien recibida sobre todo por
cierto público joven, es arriesgada y consagra a su director.
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