jueves, 22 de agosto de 2019

Utoya. 22 de julio * * * *



El tiroteo en la isla de Utoya

El año pasado se presentaron tres films sobre los atentados de Noruega en 2011: “22 de julio” de Paul Greengrass que trata el juicio posterior, “Reconstruyendo Utoya” de Carl Javer sobre una terapia de los supervivientes y el que nos ocupa (que se estrenó en España en una fecha cercana a ese fatídico día) que es el mejor de los tres, a cargo de Erik Poppe, responsable de “Aguas turbulentas y “La decisión del rey”. Conocemos a Kaja, una joven de 18 años, apenas doce minutos antes de que comience la matanza en el campamento de verano de la isla noruega de Utøya, el 22 de julio del 2011, en el que fue el peor día de la historia moderna de Noruega. Los jóvenes acampados saben de la bomba explosionada por un terrorista en Oslo, pero desconocen que Anders Breivik se encuentra en la isla con la intención de matar a cuantas más personas mejor. Después de unas imágenes gravadas sobre el atentado en el Parlamento de Oslo y de una introducción del entorno y personajes en el campamento de Utoya, la película se centra en los 72 minutos que duró el tiroteo, realizada con un único plano secuencia en el que la labor de fotografía de Martin Otterbeck es encomiable. La cinta es dura, angustiosa, cercana al terror en que los sonidos de los disparos dejan siempre en alerta al espectador, manteniendo la tensión, con sólo un par de apariciones del asesino. Cabe el debate de hasta qué punto las imágenes tienen que mostrar el horror de una tragedia y si estamos ante un alarde técnico, pero considero que el director ha querido acercanos lo más posible sobre lo que debió ocurrir durante este tiempo brutal, de desconcierto y lucha por sobrevivir y nos acerca a lo que tuvieron que sufrir las víctimas. Hay que destacar el creíble trabajo de la actriz Andrea Berntzen, premiada en los premios Amanda del cine noruego. Además, el film se presentó en el festival de Berlín, la Seminci de Valladolid y obtuvo el premio a mejor fotografía en los premios del cine europeo. Así pues, esta es una de esas películas como si fuera una experiencia, de las más intensas y potentes que podemos ver en los cines.

Valoración: 8

Lo mejor: logra la sensación de acompañar a los personajes en los terribles hechos.

Lo peor: los títulos de crédito finales son muy explicativos. 

 

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