Cuatro años después de
presentar en el festival de San Sebastián "Las razones del
corazón", una notable película que no recibió ningún premio,
por lo que su director Arturo Ripstein habló mal del certamen, se
estrena esta semana justo después de su estreno en el festival de
Gijón su última película "La calle de la amargura", que
ha sido premiada con el premio al mejor director y mejor dirección
artística. Esta es la historia de dos prostitutas de mediana edad,
una es madre y esposa de un travestido y la otra está sola, que
están cansadas de no poder trabajar. Una madrugada van a celebrar la
victoria en el ring de dos enanos en un hotel donde los narcotizan
para robarles, pero cometen errores. Este es un duro drama al más
puro estilo de su veterano director mexicano: sórdido, grotesco, con
toques referentes a Luis Buñuel (como la fotografía en blanco y
negro). El film retrata unos ambientes crudos y miserables de México
y está muy bien interpretado por sus actrices, como Patricia Reyes
Spíndola y Nora Velázquez. Ripstein, responsable de excelentes y
premiadas películas como "El imperio de la fortuna" o
"Profundo carmesí", ha dirigido una de sus últimas
mejores obras, que gustará a los amantes del buen cine de autor y de
la filmografía de su director.
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