Es una buena noticia el
estreno en salas de una de las películas que a mi juicio fueron más
destacadas y que puso el ojo de las que se pudieron ver en la sección
oficial del festival de San Sebastián del año pasado. Se trata de
una película de Corea del Sur dirigida por Shim Sung-bo, que cuenta
la historia de un barco pesquero que intenta transportar inmigrantes
ilegales chinos y el trayecto deriva en un desastre para los
tripulantes. Y es que durante el regreso a la costa coreana, el barco
es perseguido por una patrulla y sufre un accidente. Además, con un
mar embravecido y una densa niebla, el más joven de la tripulación
intenta proteger de un enloquecido capitán y se sus hombres a una
joven inmigrante de la que se ha enamorado. Así pues, este enérgico
drama de aventuras combina bien la historia de amor con la violencia
de algunas escenas, aunque hay algún aspecto de guión que se nota
que está para dar cierto espectáculo. El filme podría haber
ahondado más en la psicología de los personajes pero cuenta con una
notable interpretación del protagonista Kim Yoon-seok. Genera
emoción y tensión en el espectador, por lo que no debería pasar
desapercibida para el público esta propuesta, de las mejores que han
llegado de Corea en los últimos tiempos.
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