En una semana con algunos estrenos
estadounidenses, cabe destacar esta película dirigida por Jon Watts,
que cuenta la historia de dos chavales que encuentran un coche de
policía aparentemente abandonado y se montan en él para dar una
vuelta. Este es un thriller con toques de comedia negra eficaz,
conciso en su economía narrativa y que va directo al grano. Hay
muchas películas de persecuciones del gato y el ratón pero en este
caso funciona y el resultado es entretenido. Además, cuenta con el
reclamo del protagonismo de Kevin Bacon, que hace un buen papel, uno
de los actores injustamente menos reconocidos que se merece estar en
proyectos de gran envergadura. Presente en la sección oficial del
último festival de Sitges y en la lista del National Board of Review
como uno de los mejores films independientes del año, esta es una
aceptable propuesta sin grandes pretensiones para pasar un buen rato,
que espero encuentre su público.
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