También se estrena esta
semana la última película de Robert Zemeckis. Después de dirigir
"El vuelo", film donde los efectos especiales no eran muy
importantes, el director de films realizados con la técnica de
captura de movimiento como "Polar express", se basa en las
memorias escritas por Philippe Petit, un francés que en 1974 se
propuso un reto nunca antes hecho: recorrer sobre un cable la
distancia que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. Esta
historia ya se contó en el notable documental "Man on wire",
que ganó el Oscar pero ahora en esta cinta de ficción, el director
se sirve de una hazaña para dar rienda suelta a su buen hacer en el
apartado técnico, sobre todo en la segunda parte del metraje. La
secuencia de un cuarto de hora en el que se produce el paseo del
protagonista a través de un cable está muy lograda . Así, el film
destaca por sus efectos visuales, que ya han sido reconocidos en los
Satellite y los Critics choice awards. El espectador puede sentir el
vértigo, la tensión y el miedo al vacío de un reto que puede verse
como hazaña o como una locura. Más discutible puede ser, sin
embargo, el mensaje redentor de una historia sobre un sueño humano
en un film que intenta llenar el vacío que supuso la tragedia del
11-S. El actor Joseph Gordon-Levitt encarna a Petit con un aire de
superioridad común en algunos de sus trabajos y el guión no entra
en las cualidades negativas,como el narcisismo, de la personalidad
del personaje, por lo que se ve como un héroe. Está acompañado por
el veterano Ben Kingsley como el mentor de Petit Papa Rudy y
Charlotte le Bon (vista en "Yves Saint Laurent"). Estamos
ante un film espectacular y excelente a nivel técnico pero quizás
esta historia se ha explicado mejor en el documental precedente "Man
on wire".
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