Vale la pena destacar este
filme que tuvo la oportunidad de ver en la pasada Seminci de
Valladolid y que desgraciadamente solamente se ha estrenado en Madrid
y Barcelona. Está dirigida por Pere Vilà i Barceló, que ganó el
FIPRESCI en Valladolid por "La lapidation de Saint Etienne",
sobre la soledad de un anciano, y al que es de agradecer que siga su camino a contracorriente en propuestas como éstas. Ahora cuenta la historia de un
matrimonio y una pareja de jóvenes que tienen cosas en común aunque
no lo parezca cuando empieza la película. El matrimonio acomodado
está formado por Vicenç (Àlex Brendemühl), un político que
aspira a ser alcalde pero cuya ambición se ve alterada cuando es
acusado falsamente de abusos sexuales por parte de una joven. Su
esposa, Carme (Nora Navas) está obsesionada con ser madre. No lo
consigue pero de cara a su entorno social hace ver que está
embarazada. Por su parte, la pareja joven vive con problemas
económicos: él (Àlex Monner) estuvo a punto de formar parte de la
vida de Vicenç i Carme hace años como hijo adoptivo, mientras que
la joven (Joana Vilapuig) es la que conoce al marido y que le traerá
problemas. La película está dirigida con certeza, los planos fuera
de campo son deliberados para mostrar la incomunicación y el tipo de
relación de los personajes, si bien resta naturalidad a la
propuesta. Es una película que tiene contrastes: es de silencios
pero tiene diálogos precisos, hay desnudos explícitos, hay cierta
frialdad pero la emoción se destapa en algunos momentos. A medida
que avanza el metraje, el espectador atento va entendiendo la
historia y el vínculo de los personajes y el tipo de realización
logra incomodarle. El final es un poco explícito por el tipo de
propuesta que es, pero deja un camino de esperanza a los personajes.
Está muy bien protagonizada por los actores, en especial Nora Navas, a los que hay que
añadir a Francesc Garrido, hermano del personaje de Vicenç en una
subtrama de herencia del padre. Por lo que pude observar en el pase
para el público de Valladolid, parece que la película no fue muy
bien recibida, quizás por tener una realización fría, pero puede
ser que no muchos la entendieran bien y merece buena nota. Un
servidor desde luego supo apreciar sus cualidades. Gustará a los más
cinéfilos de propuestas atípicas y ojalá estuviera presente en los premios Gaudí del cine catalán.
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