Después
del film “Secuestro” la directora Mar Targarona ha dado un salto
ambicioso en este largometraje. Con
la ayuda de un grupo de prisioneros españoles que lideran la
organización clandestina del campo de concentración de Mauthausen,
Francesc Boix, un preso que trabaja en el laboratorio fotográfico,
arriesga su vida al planear la evasión de unos negativos que
demostrarán al mundo las atrocidades cometidas por los nazis. Miles
de imágenes que muestran desde dentro toda la crueldad de un sistema
perverso. Las fotografías que lograron salvar Boix y sus compañeros
fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los
juicios de Núremberg en 1946. Boix fue el único español que
asistió como testigo. Basada en hechos reales, esta es una historia
que merecía ser contada aunque la película no esté realizada con
mucha rotundidad. Sabe aprovechar los recursos si bien no se trata de
una gran superproducción y creo que no es oportuno compararla con
excelentes títulos ambientados en el Holocausto nazi como “La
lista de Schindler” ya que siempre se puede volver a un contexto
histórico si el argumento vale la pena. El protagonista es un
esforzado Mario Casas que perdió mucho peso pero como actor sigue
sin convencerme mucho. Interpreta a un personaje catalán y aunque no
tiene por qué ser obligatorio, es una lástima que el notable actor
Álvaro Cervantes se cayera del proyecto pero han primado los motivos
comerciales. También dan por lo menos un buen trabajo a nivel físico
Alain Hernández y Macarena Gómez. Quizás esta propuesta podría
haber profundizado más en el asunto que trata pero es asequible y
está bien que el cine español se atreva a hacer este tipo de films.
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