Ha nacido una estrella * * *

En la dorada superficie

Bradley Cooper ha debutado en la dirección de largometraje con esta historia de siempre en que Jackson Maine es una estrella consagrada de la música que una noche conoce y se enamora de Ally, una joven artista que lucha por salir adelante en el mundo del espectáculo. Justo cuando Ally está a punto de abandonar su sueño de convertirse en cantante, Jack decide ayudarla en su carrera hacia la fama. Pero el camino será más duro de lo que imagina. Remake del film homónimo de George Cukor con Judy Garland y el de Frank Pierson con Barbara Streisand, este es un atractivo drama musical estadounidense que supera al anterior film de los setenta pero no aporta mucho a los títulos precedentes que cuentan la misma historia, resulta un poco previsible al principio aunque no el desenlace, pero está realizado con cierto oficio para ser Cooper un debutante, no se excede en sentimentalismos y la pareja protagonista tiene buena química juntos: Lady Gaga demuestra que puede ser una buena actriz sin maquillaje (ya ganó el Globo de oro por la miniserie “American horror story”) y su compañero Bradley Cooper en uno de sus mejores papeles, también se reserva buenos momentos y está en un registro diferente parecido al oscarizado Jeff Bridges por “Crazy heart”. Vemos cómo mientras ella asciende en el mundo de la música, él entra en declive y aunque se intenta profundizar en los personajes, el masculino parece mejor tratado. También está el veterano Sam Elliott como el hermano mayor de Jackson en una escena de lucimiento. La película se presentó en la última Mostra de Venecia, ha recibido buenas críticas estadounidenses y aunque puede ser un poco sobrevalorada, tiene opciones en la temporada de premios sobre todo en los apartados de actuaciones y canción original. Además, puede gustar a los amantes de este tipo de films, a los fans de Lady Gaga y me ha recordado un poco a "Walk the line".  

Valoración: 6,5

Lo mejor: las actuaciones de la pareja protagonista y canciones como “Shallow”.

Lo peor: Cooper es mejor actor que director en el film.