Una
tragedia griega familiar
Parece
que Jaime Rosales ha dejado atrás una primera etapa de
experimentación estilística con títulos como “La soledad” y
con un film como “Sueño y silencio” que fue bien recibido en
festivales pero no tuvo el respaldo del público. Su anterior film
“Hermosa juventud” fue más cercano a los espectadores y esto se
ha reafirmado con su último trabajo. Cuenta la historia de Petra,
una mujer joven que no sabe quién es su padre, se lo han ocultado a
lo largo de su vida. Tras la muerte de su madre inicia una búsqueda
que le conduce a Jaume, un célebre artista plástico poderoso y
despiadado. En su camino por conocer la verdad, Petra también entra
en contacto con Lucas, hijo de Jaume, y Marisa, esposa de Jaume y
madre de Lucas. A partir de ese momento, la historia de estos
personajes se va entretejiendo en una espiral de maldad, secretos
familiares y violencia que los lleva a todos al límite. Estructurada
a partir de siete capítulos con un par de saltos en el orden, este
es un inquietante drama que toma como pretexto el mundo del arte para
hablar de la condición humana. Al ver una película de Rosales, uno
espera ver una propuesta de buen cine de autor y, sin dejar sus señas
como cineasta, dirige con transparencia, sin manipular al espectador,
aunque tal y como
está contada la trama, lo que parecía una verdad luego no lo es. El
director utiliza vaivenes de la
cámara y una música que no es habitual en su filmografía y que
remite al coro de una tragedia. Y es que de manera depurada y
elegante, el director trata sobre la crueldad, traición y el proceso
a perdonar de manera cercana al espectador, que entiende una historia
que quizás puede pecar de ser un poco rocambolesca o parecida a un
culebrón. El elenco de actores hace un buen trabajo. La actriz
Bárbara Lennie (que está en algunas de las mejores películas
españolas del año como en “Todos lo saben” y “El reino” es
la protagonista, Álex Brendemühl interpreta a Lucas, el actor no
profesional Joan Botey es un gran villano como Jaume, Marisa Paredes
como la mujer de Jaume, Oriol Pla como Pau, el hijo de un trabajador
de Jaume y Petra Martínez como la madre de Petra. El film se
presentó en la Quincena de realizadores del pasado festival de
Cannes, está nominado como mejor guion en los premios Fénix del
cine iberoamericano y ojalá sea reconocido en los premios del cine
europeo y en los Goya, ya que es uno de los más logrados de su
director.
Valoración:
7,5
Lo
mejor: uno de los mejores malos del último cine español a cargo de
Joan Botey.
Lo
peor: que la película no llegue al gran público.
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