Dos
décadas de vídeos caseros nos revelan la vida de M.I.A., primero
como refugiada en Londres huyendo de la guerra en Sri Lanka y luego
como estrella en un negocio que no tolera posicionamientos políticos.
Cineasta de vocación, M.I.A. empezó a grabar hace veintidós años
su vida y la de su entorno en el sur de Londres, donde su familia, de
origen tamil, se había refugiado escapando de la guerra. El ingente
material en vídeo que llegó a acumular permite ahora reconstruir su
periplo vital como joven inmigrante para la cual la música era la
única brújula para ubicarse en el mosaico racial londinense. Y todo
lo que vino después: su descubrimiento del hip hop y la música
urbana, su efímera colaboración como documentalista con Elastica
(de muy distinto estrato social), la búsqueda obsesiva de su propio
sonido y de su propia historia, los viajes a Sri Lanka, la visita de
su padre (líder guerrillero tamil), su estrellato repentino y su
determinación para aprovechar ese estatus para denunciar un
genocidio del que ni Europa ni Estados Unidos ni los que cortan el
bacalao en la industria del entretenimiento siquiera querían oír
hablar. Stephen Loveridge debuta en el largometraje con este notable
documental biográfico estadounidense sobre la artista M.I.A. que
está realizado con afecto y tiene un personaje vital y magnético.
El film ganó el premio especial del jurado en la sección World
cinema de documentales en el festival de Sundance.
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