Otro
largometraje francés que se ha estrenado es el primero que dirige en
solitario Gilles Lellouche, que anteriormente codirigió “Narco”.
En
plena crisis de los cuarenta, un peculiar grupo de hombres decide
formar el primer equipo nacional de natación sincronizada masculino.
Desafiando estereotipos e ignorando la incomprensión de los que les
rodean, se sumergen en una insólita aventura que les llevará a
hacer frente las dificultades y a sacar lo mejor de si mismos gracias
a la ilusión y el trabajo en equipo. Esta es una aceptable comedia
que trata temas dramáticos como la depresión, las dificultades
económicas, la soledad y el desorden familiar haciendo que resulten
cómicos. Aunque el film es obvio en su mensaje de superación, tiene
clichés y no llega al encanto de “The full monty” de la que se
asemeja, se sustenta por la entrega del grupo de actores que incluye
a Mathieu Amalric, Guillaume Canet, Benoit Poelvoorde, Jean-Hughes
Anglade (visto en “Je suis un soldat”) y Virgine Efira. Leila
Bekhti (“La fuente de las mujeres”) y Melanie Doutey, además de contar con una buena banda sonora. El film se
presentó fuera de concurso en el pasado festival de Cannes, ha sido
el título francés más taquillero del año en su país y tiene
opciones de ser reconocido en los próximos premios César.
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