Esta semana se
han estrenado en la cartelera dos films españoles. Uno de ellos es el debut es
la ópera prima escrita y dirigida por Ángeles Reiné, que anteriormente realizó
capítulos de la serie de TV “Doctor Mateo”. Eva, una joven y prometedora
abogada española afincada en Edimburgo, ve peligrar sus planes de boda con el
heredero de una ultraconservadora familia escocesa cuando se entera de que su
abuela, Sofía, ha decidido casarse… con su amiga del alma, Celia. La decisión
de Sofía de casarse a los 74 años desafiando todos los convencionalismos
sociales y religiosos pone patas arriba la vida de Eva, que intentará impedir
por todos los medios que se celebre la boda, con la complicidad de Jorge, el
hijo de Celia. Esta coproducción española y portuguesa es una insuficiente
comedia romántica que quizás a priori tenía buenas intenciones para ser un
canto a la libertad y contar una historia LGTBI. Sin embargo, la película es
previsible, la directora falla sobre todo en el guion, mientras que es
funcional en la puesta en escena, y se centra en una trama paralela menos
interesante. Lo único salvable es el reparto de intérpretes encabezado por
Verónica Forqué (“Tenemos que hablar”) como Sofía, Rosa Maria Sardà (“La reina
de España”) como Celia, tristemente en su último trabajo, e Ingrid García
Jonsson (“Love me not”) como Eva. Además, cuenta con David Verdaguer (“Uno para
todos”), Candela Peña (“La boda de Rosa”), Mónica López (serie “La fossa”),
Alex O’Dogherty (cortometraje “Blue y Malone: casos imposibles”) y Pol Monen
(miniserie “Campamento Albanta”). Así pues, es una lástima que con este
estupendo elenco, sobre todo con las dos primeras Forqué y Sardà, una historia
a priori jugosa y un equipo técnico de renombre (la montadora Teresa Font, la
fotografía de José Luis Alcaine y la música de Lucas Vidal) haya dado resultado
un producto más bien fallido. Cabe apuntar que el film del año pasado se pudo
ver en la Seminci de Valladolid.
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