Tras el cortometraje “Leading lady parts”, Jessica Swale ha escrito y dirigido su debut en el largometraje que se ha estrenado en cines. En Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial, muchos niños son evacuados de las ciudades y enviados a pequeños pueblos con familias que temporalmente se hacen cargo de ellos. Cuando Frank, uno de estos niños, llega a casa de Alice, una escritora solitaria atormentada por una historia de amor del pasado, ella se resiste a aceptarlo. Sin embargo, poco a poco, al irse conociendo, la inocencia y curiosidad de Frank hacen que Alice abra su corazón, desbloqueando recuerdos y sentimientos que creía olvidados. Este es un drama de época británico luminoso, que combina una fábula feminista (describe cómo era vista una mujer soltera en aquel tiempo) y una historia de amor de dos lesbianas, además de contar con el aspecto interracial, pero no pretende hacer un alegato. Aunque es un poco convencional, la película simplemente se ve con interés, desprende ternura y cabe apuntar la fotografía a cargo de Laurie Rose. Cuenta con un solvente reparto de intérpretes formado por Gemma Artenton (“Vita & Virginia”), en la plenitud de su interesante carrera y Gugu Mbatha-Raw (“Rompiendo las normas”) como las dos mujeres que tuvieron un romance, acompañadas del niño Lucas Bond y los secundarios Penelope Wilton (“Belleza eterna”) y Tom Courtenay (“The aeronauts”).
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